Hace unos días, nuestra compañera
Zusanna nos sorpendió. Llegó a la oficina cargada de regalos: una bolsita con
carbón, una botella de vino checo, una rama dorada y una enorme caja de pastas.
Por lo que nos contó, es una tradición
checa compartir dulces caseros con los amigos. Cada familia cocina sus propias
pastas o galletas y queda con los amigos de manera que se juntan en la mesa con
variedad de dulces para probar. Es como nuestras bandejas de turrón, polvorones
y mazapán pero más casero. La verdad es que si entras en cualquier
supermercado, por pequeño que sea, la sección de productos dedicados a
repostería es inmensa en comparación a cualquier otra (exceptuando la de
chocolatinas y agua embotellada…. increíble). Montones de tipos diferentes de
harina, bandejas enteras de …., …. pensaba hacer una lista de productos, pero
entre que todo está en checo y que no somos unos expertos, la verdad es que no
tenemos ni idea de qué demonios venden, pero todo tiene fotos de tartas y dulces
apetecibles.
Total, que por lo que nos imaginamos,
cada Navidad debe ser un concurso para conseguir las mejores pastas de la
fiesta. Hay gente que comienza a preparar su planning de repostería hasta 4
semanas antes!!
En cuanto a los otros regalos:
El primer paquetito era una
pequeña bolsa con trocitos de carbón. No es que nos hayamos portado mal, sino
que es habitual encender brasas en Navidad para ambientar y dar calor en el
polo norte checo.
Sobre la botella, al
parecer el vino checo es bastante bueno aunque tenga poco nombre. La región de
Moravia es conocida por sus viñedos y el único vino que hemos probado, uno tipo
Lambrusco, estaba muy bien. Os mantendremos informados.
La rama de árbol dorada es una
parecida en uso al muérdago de los americanos. Hay que colgarla en algún lugar
alto y si una chica se para debajo, se la puede besar (aunque se supone que
quien te bese se casará contigo, así que cuidadito). Aunque no entendimos el
nombre de la planta, al parecer es un parásito de algunos árboles, así que se
corta, se pinta de plateado o dorado y se vende en Navidad. Dinero extra para
algo que habría acabado en la papelera, y todos contentos.
Todo esto nos ha dejado con un
terrible dilema: ¿qué demonios le traemos a Zusanna cuando volvamos de España?
Se aceptan sugerencias.