Entrada mas vista!

Visita al campo de concentración de Terezin

sábado, 31 de marzo de 2012

Argument - Restaurant - Cafe.



Varias veces paseando por nuestro barrio me había llamado la atención este restaurante en la calle Bubenečská 19, en frente de la embajada americana. Desde fuera, a través de los grandes ventanales, se veía un salón no muy amplio, decorado con estilo moderno (cosa rara en Praga donde abundan los "pubs", más que los restaurantes de lujo). La carta fuera da idea de que no es un sitio barato, pero por algún motivo, resultaba bastante apetecible. Así que a pesar del nombre, fuimos a cenar!

El salón que se ve desde la calle es el de fumadores; pasando al lado de la barra hacia el fondo hay un segundo comedor de no fumadores, que es a donde nos llevaron los camareros, bastante amables, y que hablaban inglés perfectamente (la zona de fumadores estaba llena, por cierto). En el salón del fondo hay un par de mesas de frente, y a la izquierda, subiendo dos peldaños, otro grupo de otras 7 u 8 mesas. En este saloncito, del techo cuelga una pequeña lámpara por cada mesa, que queda a unos 2 metros del suelo, y que el camarero se encargó de encender al llegar nosotros. Curioso que sólo enciendan las mesas ocupadas, pero resultaba en una iluminación agradable.

Pedimos dos cervezas (40 coronas cada una, lo normal por aquí) mientras mirábamos la carta de comida y la de vinos. O llegamos con hambre, o nos apetecía todo.. de lo primero que leímos, los entrantes, todos me apetecían. Al final nos decidimos por un clásico (que al ser conocido sirve para comparar la calidad!): queso de cabra gratinado sobre una tostada y compota de manzana (chutney), con ensalada. 147CZK (unos 6€). Era una sola tostada fina con la compota y el "medallón" de queso, que ni era excesivamente grande, ni excesivamente grueso, pero estaba bien de tamaño, y bastante bueno de sabor (no el mejor que he probado, pero la mezcla con la manzana quedaba bastante bien). La ensalada era escasa, pero con un aceite bastante rico. Notable.

Sillar de cordero con arroz
De segundo tomamos cordero al curry (saddle, que se debe traducir como silla o sillar, aunque no lo había oído nunca), y ternera (flank, que no tengo claro si es entraña, falda o qué, porque en inglés la vaca se corta en menos piezas que en español!).
El cordero estaba sencillamente espectacular; servido en varias lonchas, apenas sabía a curry (casi mejor, pues estaba exquisito así), alrededor del arroz arábigo, que aunque era arroz, también estaba de sobresaliente. 379 coronas (unos 15,2€).
La ternera no se quedó atrás. También unas lonchas, no muy hechas, con una salsa (reducción de Marsala) y 4 ó 5 cebollas francesas caramelizadas. Increíble, otro sobresaliente (338CZK = 13,6€). No sabría con cuál quedarme, pero si todo está tan rico, es para ir más veces.
Como la carne venía sin guarnición, pedimos unas patatas fritas caseras (ricas, por encima de la media de los restaurantes porque no estaban crudas, y estaban blandas y sabrosas), y como teníamos antojo, también pedimos pan de ajo (una bageutte pequeña, caliente, cortada en rebanadas untadas de una mezcla de aceite y ajo; también bastante rico para ser sencillamente un pan de ajo). Ambos acompañamientos 55 coronas (unos 2,20€ al cambio de marzo 2012).

Coulant de chocolate
Como no teníamos hambre pero tampoco estábamos llenos a reventar, pedimos dos postres. Un coulant de chocolate sobre salsa de vainilla (notable alto! 98 coronas, 4€), y la tarta de chocolate al Grand Marnier con helado de yogur; también bastante bastante rica 93 coronas (3,7€).

No lo he comentado al principio, al hablar de la carta de vinos... Estaba bien de variedad, y afortunadamente, no era tan caro como el Matylda. Me apetecía tinto, y me apetecía probar uno checo, así que elegí uno de los 3. La camarera me advirtió que los tintos checos que tenían no eran especialmente buenos (curioso, pero está bien que lo digan), pero aún así pedí uno. Al rato vino a decirme que tenían otro checo algo mejor, pero más amargo. Me dio miedo y dejé el que había elegido, que a la vista del ticket era "Dornfelder" (no sale en la web mientras escribo), por 469coronas (casi 19€). Era tirando a dulce (demasiado), y en efecto, no demasiado bueno, así que fue lo más flojo de la cena...

Para terminar, un licor de melocotón (Golles Merunka) en un vaso de fino de 0,02 (a pesar de que intenté pedirlo en "balloon glass with ice", debe ser que no se dice así o no están acostumbrados), por 75 coronas. Lo segundo peor con el vino, pero tenía capricho!
Total, que 2 cervezas, vino, un entrante, dos segundos, dos acompañamientos, dos postres y un licor, sumaron 1793 coronas (casi 72€), qué mas el 10% de propina (dejé 170 en realidad), hicieron 1963 coronas. Redondeando, 80€. Para lo rico que estaba todo, la cantidad, el sitio agradable y tranquilo, y el buen servicio que tuvimos, me parece barato! Volveremos.

Por cierto,curiosamente, este también tiene manteles individuales, y servilletas de papel. Los que usen tela deben ser los de super lujo!





sábado, 24 de marzo de 2012

Matylda Botel Ristorante


Un día paseando por la orilla del Vltava vimos un hotel que nos llamó la atención. Se trataba del "Matylda Botel"... Y por el nombre quizá habéis adivinado que se trata de un "barco". En realidad son dos barcas de madera que están amarradas una junto a la otra, justo antes del puente Jiráskův, en frente de la plaza de mismo nombre (Jiráskovo náměstí), y justo antes de la "casa danzante". Mejor os dejo un mapa, no?
Pues además de hotel, es un restaurante italiano, al que el otro día fuimos a cenar.

Lo primero que hay que decir, es que la entrada es bastante agradable; las barcas de madera bien conservadas, con unas plantas y un soporte con vinos que dan la bienvenida con una primera impresión buena.
Se sube al barco por una pequeña pasarela de madera, y entrando al barco a la izquierda está la barra, y una pequeña mesa que hace de recepción donde nos preguntaron si teníamos reserva. Como no sabíamos si habría mucha gente, sí habíamos reservado. Nos pusieron en la primera mesa al lado de la ventana, que era para dos personas (la mayoría es para 4). Puede que sea de las mejores mesas, ya que tiene muy buenas vistas sobre el río, la colina de en frente con las luces de la ciudad, y el castillo al fondo en la colina, muy bien iluminado. La vela que iluminaba la mesa le daba un aire muy romántico, pero sin ser excesivo; se puede tener una cena entre amigos, familiar, o de negocios sin problema. Eran servilletas de papel, y la mesa de madera sin mantel, pero es lo típico aquí en Praga, y no se echa de menos.

Dejamos los abrigos en un perchero y nos trajeron las cartas en seguida. Había poca gente; de las alrededor de 25 mesas que había, sólo estaban ocupadas unas 5 ó 6, a pesar de ser horario checo (llegamos a las 8.30), y ser un hotel.

Lo primero que hice fue mirar la carta de vinos. Lo echaba de menos y me apetecía una buena cena acompañada de su buen vino. Había leído que es lo más caro, y así es. La botella más barata de un tinto italiano 20€; la mayoría unos 32€, muchos de 50, 60, 70 y 80 euros, y llegando hasta los 150 (sin contar un par de botellas de Champagne de unos 250 y una de 360.  Aunque me gusta el vino, pero tampoco soy experto, y como no me gusta pedir "lo más barato", al final optamos por un par de cervezas, una Staropramen negra (55czk) y una Pilsner Urquell (65czk).

Y pasé a ver la carta de la comida. Empezamos por la típica ensalada de Mozzarella di bufala con tomate y albahaca (175czk). Era un lecho de rodajas de tomate, con una porción generosa de Mozzarella, con hojas de albahaca, y bañado con un chorro de aceite de oliva. Aunque es un plato típico y sencillo, la materia prima era buena y todo estaba muy sabroso, así que en resumen, nos encantó. Inicialmente no habíamos pedido pan (30czk) a pesar de la insistencia del camarero, pero a la vista del aceite de oliva (que además había una botella en la mesa, junto a otra de vinagre balsámico), finalmente lo pedimos, y rebañamos el plato como hacía tiempo.

Para los segundos, como habíamos comido bastante y algo tarde, en lugar de la típica pasta optamos por pedir carne. La "Saltimbocca alla Romana" (335czk) fue una grata sorpresa. Dos filetes de Lomo de ternera con jamón (italiano, "parma ham") por encima, sobre una salsa de algo parecido a una menta muy suave; poco hechos pero no crudos, jugoso y muy sabroso. El otro segundo, pato (que yo esperaba asado), eran 5 ó 6 lonchas de magret, sobre una salsa de arándanos (también 335czk). Estaba en su punto, y también jugoso al principio, aunque de no ser por la salsa (que le acompaña a la perfección), habría sido un poco seco. En la carta dice que lleva rábano blanco, pero la verdad, o estaba camuflado, o no lo recuerdo. Quizá algo menos que la ternera, pero nos encantó.

De postre tomamos un sorbete de limón al cava -muy poco ácido, lo cual yo agradezco (145czk), y un Tiramisú (115czk) que resultó venir en copa, y ser lo más "flojo" de la cena.

Con una segunda Pilsner Urquell, salimos a 1133 coronas mas el 20% de IVA, total 1360Czk, unos 54 euros, que más la propina (lo habitual es dejar el 10%), se quedó en casi 1500Czk, es decir, unos 60€. Para la calidad y la cantidad, un precio bastante razonable (barato comparado con Madrid, quizá caro para una comida normal en Praga, pero no deja de ser un hotel en un barco con vistas al castillo...

Como último comentario, decir que por lo visto en las fotos de la web (que recomiendo ver), el barco tiene unas mesitas fuera (en la proa, y otras en el "muelle"), que puede ser muy interesante para el veranos; nos pasaremos a ver.




sábado, 17 de marzo de 2012

El tiempo en Praga.

No he buscado estadísticas, pero ha debido ser el invierno con menos nieve en mucho tiempo, y quizá con "menos frío". Se llegó a temperaturas muy bajas durante la ola de frío polar, pero muy pocos días. Luego las temperaturas se suavizaron, e hizo varios días de Sol espléndido. Refrescó otro poco a principio de Marzo, pero hoy ha hecho un típico día casi estival.. madrileño!

En resumen, sol espléndido y calor que nada tiene que envidiar al español. A las 10.30 he salido con camiseta de manga corta, polo de manga larga encima, y una cazadora. A esa hora, y a la sombra, podía hacer algo de fresco, pero 15 minutos de paseo y ya no tenía el abrigo. 10 minutos al sol y he tenido que quitarme el polo, e irme a la sombra. He estado todo el día visitando Praga en manga corta, y a las 3 debíamos estar a 22 o 23 grados (aunque después de toda la mañana andando me parecía más).

Aunque me he ido para casa a comer, y por tanto no es de hoy, os dejo una foto del atardecer sobre la Catedral de Tyn.

jueves, 15 de marzo de 2012

Libuše, la princesa que soñó con Praga

La princesa Libuse observa Praga desde una cornisa

Hace mucho mucho tiempo, una tribu vagaba por el mundo buscando un lugar donde establecerse. Su rey, preocupado por el futuro del pueblo, quería encontrar el lugar ideal, pero éste no aparecía.
Tras años de búsqueda la tribu llegó a una pequeña colina a orillas del río Vltava (Moldava), y el rey supo que aquél era el lugar donde forjar un pueblo fuerte e independiente.
Poco le duró a la gente la alegría porque al poco tiempo el rey murió sin dejar un descendiente varón. Sólo tres hijas quedaban para heredar el trono del padre y ¿cómo va a gobernar una mujer sobre todo un pueblo?

Aún así, los ancianos de la tribu, evaluaron a las muchachas de las que se decía que tenían poderes mágicos y gran inteligencia. La hermana mayor Kazi, controlaba la naturaleza y era capaz de preparar brebajes que hacían a la gente doblegarse a su antojo, así que fue descartada por peligrosa. La hermana mediana Thezka, adoraba a dioses antiguos y los ancianos temieron que su pueblo fuera arrastrado hacia creencias bárbaras, así que acabaron por volverse hacia la última de las hermanas.
Su nombre era Libuše (pronunciado Libushe) y además de la más pequeña, era la hermana más hermosa (como no!). Libuše poseía el poder de la profecía y era capaz de ver el futuro. Tanto la inteligencia de la princesa como la utilidad de sus poderes, parecieron convencer a los ancianos y decidieron proclamarla reina.

De nuevo el pueblo fue feliz, y a pesar de lo inusual de ser gobernados por una mujer, todo parecía ir bien. Y así fue hasta que un día, dos hermanos acudieron a palacio buscando una solución para sus disputas sobre la propiedad de su tierra. Libuše estudió el caso y decidió en favor del más joven. El mayor, contrariado, se levantó y gritó a la reina: "¡Pelo largo, cerebro pequeño! ¿Cómo podemos ser gobernados por una mujer?".

Los ancianos encuentran a Premysl
Los ancianos no se tomaron en serio al campesino, pero Libuše en cambio entendió que no siempre había que gobernar con el corazón y la bondad, sino que necesitaba a su lado la fuerza de un hombre. A la mañana siguiente ordenó a los ancianos seguir a su caballo blanco. "Cuando el caballo se detenga, habréis encontrado a vuestro rey".

Conocedores de los poderes de Libuše, los ancianos siguieron al caballo por colinas y valles hasta que el animal decidió detenerse. No fue ante un duque, un conde o al menos un caballero, sino ante un simple campesino que araba el campo. Algo contrariados, los ancianos preguntaron al joven por su nombre. "Přemysl" respondió él, lo que significa "el pensativo".

El joven fue llevado ante Libuše que cumplió su palabra y se casó con él, dando origen a la primera dinastía checa, los Přemyslidas, que gobernarían durante 200 años.
Estatua de Libuse y Premysl en Vysehrad
El campesino resultó ser un hombre inteligente y cabal capaz de velar por los intereses del pueblo y junto a Libuše, convirtió aquella pequeña tribu, en un pueblo poderoso. 

Pero algo falta aún en esta historia. Una mañana, Libuše se despertó alterada y habló con Přemysl. "He tenido un sueño. He visto una gran ciudad cuya fama alcanzará las estrellas". La pareja cabalgó hasta el lugar de la visión y encontraron a un anciano tallando el umbral de su casa. "Aquí es dónde se levantará el castillo más grande del mundo" le dijeron al hombre "y tú serás su constructor". Así ocurrió y así se puso la primera piedra de lo que sería el castillo más grande del mundo, en aquella casa, de aquel hombre que tallaba su umbral, que en aquella lengua extraña se decía "Prah".
Cartel de la ópera dedicada a Libuse

Aunque existen distintas versiones sobre la leyenda de Libuše, ésta nos parece la más bonita. La princesa sigue siendo muy querida en la historia checa y ha sido consideraba como símbolo nacionalista en muchas ocasiones. Incluso llegó a tener su propia ópera, creada por el compositor checo Bedřich Smetana entre 1871 y 1872 y que se estrenó para la inauguración del Teatro Nacional de Praga.

Creamos o no la leyenda de Libuše, es una bonita manera de comenzar la Historia de un pueblo.




jueves, 8 de marzo de 2012

La baja por maternidad en Praga

Bebé checo muy feliz... ¡¡claro, con su madre en casa 4 años!!
Hace unos días, Telemadrid emitió una nueva edición de "Madrileños por el mundo", otra vez situada en Praga. Nos iban a grabar a nosotros, pero la suerte quiso que estuviéramos en UK (suerte buena o mala, no he especificado!).

Aparte de que de Praga se vio y contó poca cosa, una de las mujeres que salió hablando dijo que vivía aquí desde hacía tiempo, y que había dado a luz aquí. Y dijo algo así como que la baja por maternidad eran 3 años, lo cual suena, cuando menos, sorprendente.

Pues bien, tras una "larga y trabajosa" investigación (vamos, que pregunté a Zuzana nuestra compañera cómo funcionaba el tema...), he conseguido encajar las piezas del puzzle. Y estoy en disposición de revelaros la verdad. Aproximadamente.

Una embarazada tiene derecho a 28 semanas de baja por "parto único" (37 semanas para parto múltiple), pero no desde el parto, sino que este periodo se cuenta desde que se coge la baja (suelen ser 6 semanas antes de la fecha prevista del parto, y nunca es más de 8 semanas antes); durante este tiempo, la empresa paga alrededor del 70% del salario del empleado. Por dar a luz hay una primera ayuda económica del gobierno; aproximadamente unas 15.000 CZK, que vienen a ser unos 600€.

Durante esos 6 meses, la madre tiene que elegir cuánto tiempo quiere estar de baja "paternal", baja que dura entre 2 y 4 años. Sí, cuatro!. El gobierno paga 220.000CZK (8800€) en total, a repartir entre lo que dure la maternidad. No sólo la madre, sino también el padre puede beneficiarse de esta baja.
Como decía la mujer en Madrileños por el mundo, algunas mujeres han aprendido a tener un hijo cada 3 años y así alargar indefinidamente su baja.

Creo que hay alguna regla más en función del salario, así que si queréis saber más sobre el tema… no está mal explicado en estos enlaces:

Na schledanou!

viernes, 2 de marzo de 2012

Excursión a la nieve: Ještěd y Liberec


Después de 3 meses viviendo en Praga, por fin hemos salido de excursión fuera de la ciudad. No es que ya hayamos visto todo aquí, ni muchísimo menos, pero tanto hablábamos a nuestra compañera Zuzana de las ganas que teníamos de ver nieve, que ella y su marido acabaron por llevarnos de excursión.

El lugar elegido, fue Ještěd, una estación de esquí cercana a la ciudad de Liberec, muy cerca de la frontera con Polonia.

En poco más de una hora, nos plantamos en Ještěd y cogimos el funicular hasta el hotel-restaurante que hay en la cima. Este pico es uno de los más altos del país con nada más y nada menos que ¡1.012 metros! Sabiendo que Praga está a tan solo 300 metros sobre el nivel del mar, tampoco está tan mal.

Rodeados de esquiadores, llegamos a lo más alto donde una ventisca a penas te permitía levantar la cabeza. A pesar de ser las 11:30 de la mañana, nos metimos en el restaurante y pedimos la comida. ¡Empiezan a servirla incluso a las 11h! Como no habíamos desayunado, no nos importó, pero vamos que... ¡vaya horitas!

El restaurante no estaba mal del todo, pero lo que más nos llamó la atención fue que el curioso edificio con forma de corneta, esté protegido. De hecho los checos parecen bastante orgullosos de él. Además es posible pasar la noche en lo alto de la montaña ya que sobre el restaurante se encuentra el hotel de 3 estrellas con capacidad para unos 50 clientes. Los precios oscilan entre los 60 y 90 euros la noche.

Después de nuestro "brunch", comenzamos el descenso a pie ya que la ventisca había pasado. 
La idea era seguir una senda, pero había tanta nieve que resultaba imposible, así que comenzamos la marcha por la carretera. Señales de tráfico congeladas, coches con carámbanos de hielo y una pared de 2 metros de nieve a cada lado nuestro hacían que no parásemos de ir de un lado a otro felices como enanos.

Para nuestra alegría, conseguimos coger la senda en uno de sus tramos y disfrutamos del típico paisaje de cuento. Más valía ir por el reguero marcado por los caminantes anteriores, porque desviarse medio paso podía significar hundir la pierna hasta la cintura en la nieve (cosa que, por supuesto, ocurrió varias veces). Nos tiramos bolas de nieve, hicimos ángeles, nos rebozamos por el suelo...vamos, todo lo que habríais hecho vosotros si también hubierais estado allí.

Angelito ¿¿sin cabeza??
Menos mal que no se nos ocurrió ir durante la ola de frío porque habría sido imposible. En cambio, el día fue estupendo, con una temperatura excelente y hasta algo de sol cuando pasó la primera ventisca.
Una hora y media después llegamos al coche completamente felices. Jamás habíamos visto tanta nieve junta y mucho menos nieve tan virgen. Los copos que caen son tan ligeros que la nieve se acumula sin apelmazarse, de ahí que al pisar, se abran agujeros enormes y no haya más remedio que reírse del que se haya caído.

Después de un paseo y un té en Liberec (no hay mucho que resaltar en la ciudad), empezamos el camino de vuelta. Aire fresco y sitios nuevos. Justo lo que necesitábamos, aunque la comida nos cayera un poco pesada.