Esta burbuja es un lugar al que no llegan las noticias de tu
país. Por mucho que se siga Twitter o incluso se vea algún que otro telediario
por internet, lo cierto es que no te enteras de la mitad de lo que pasa.
Pero además, la burbuja es un lugar peculiar porque no hay
digamos… obligaciones cotidianas. Dentro de ella, no existen todas esas
pequeñas cosas que arruinan tu tiempo libre cada semana: ir al médico, ir a
visitar a alguien a quien no te apetece, los compromisos, ir a Hacienda,
tráfico (o cualquier nombre que reciban esos grupos de funcionarios poco
dispuestos a trabajar y encantados de malgastar tu tiempo). En la burbuja no
entran esas cosas.
El hecho de ser un extranjero en un país que no terminas de
entender, hace que tampoco te enteres de lo que pasa a tu alrededor. Ni nos
planteamos ver telediarios en checo o leer periódicos, y la gente con la que
hablamos no nos cuenta las últimas novedades de la política nacional.
Total, que la burbuja del expatriado es un mundo bastante
feliz… hasta que vuelves a casa de visita.
Después de semanas de calma, la llegada a Madrid no viene
acompañada solo de una bofetada de calor, sino también de una bofetada de
realidad.
Uno está al borde del despido, al otro le despidieron ya,
otros 2 se están divorciando, aquel no sabe qué hacer de su vida, el otro lo
sabe pero no lo hace.
Al descontento general que encontramos, le sumamos que todas
esas pequeñas responsabilidades que hemos eludido desde Praga, nos estaban
esperando: ¿cómo es posible pasar 5 días en Madrid y ver a tus padres, tíos,
abuelos, a tus 3 grupos de amigos, conocer al nuevo bebé del grupo, y después
todo lo anterior pero con la familia y amigos de tu pareja, ir al dentista,
oculista, masajista, comprar el regalo de cumpleaños que te comprometiste a
comprar, llamar por teléfono a todos a los que dijiste que llamarías y además
ir al trabajo?
Bueno, la respuesta es clara… no se puede.
Y aunque pasemos semanas deseando volver a Madrid y ver a
toda esa gente, enterarnos de todo y estar en el centro de la vida como
estábamos antes, llegado el momento no se puede evitar contar el tiempo que
queda para volver a Praga.
La burbuja del expatriado es peligrosa porque es adictiva.
En estos meses hemos conocido a gente que lleva años saltando de país en país
siguiendo una vida de relativa inconsciencia. Bueno, se tiene la
responsabilidad del trabajo, pero es tan fácil decir adiós y saltar a otro
lugar...
Irreal, lo sé, pero bendita burbuja, te echaba de menos.
Hola!! nosotros acabamos de aterrizar en Praga hace una semana y estaremos unos 6 meses aqui. Queria cecirte que tu blog nos ha ayudado mucho a la hora de venir mas informados y que lo de la burbuja es muy cierto, es como nuestro mundo de yupi, que no te enteras de nada jaja
ResponderEliminarUn saludo.
Nos alegramos de que os haya sido util! Si necesitais cualquier cosa, preguntadnos, que intentaremos ayudar lo máximo posible!
ResponderEliminarsaludos!
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