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sábado, 7 de abril de 2012

Le Cafe Colonial


Vimos el barrio judío una mañana de domingo que no habíamos madrugado especialmente. Empezamos por la sinagoga Pinkas, y como cogimos audioguía, terminamos allí mismo para devolverla. Cuando lo hicimos, eran las 3.30 pasadas, bastante tarde para comer en Praga... salvo en sitios turísticos. Justo en frente de la sinagoga, vimos un restaurante abierto y entramos a preguntar.
Era el Cafe Colonial (o Bistro Kolonial, como dice el ticket), situado en la calle Široká 25/26, esquina con Žatecká; tenía buena pinta, parecía agradable y vimos en la carta un par de cosas que tenían buena pinta.
Al entrar, nos atienden en inglés y nos dicen que tienen la cocina abierta todo el día. Bien!. Es un sitio grande, y elegimos una mesa en un extremo, antes de un salón que tienen al fondo. En dicho salón había una señora comiendo algo en una hogaza de pan que tenía muy buena pinta (yo pensaba que era queso, pero debía ser una sopa de patata); en otra, unos champiñones que también llamaban la atención. Así que con eso en la cabeza fuimos a la mesa, donde trajeron la carta en inglés.
Finalmente, y además de 2 cervezas, pedimos:

  • Un paté de caza (game pate) acompañado de finas tostadas que estaba bueno (no excelente, solo bueno a secas)
  • Spiz Kolonial: Una brocheta de solomillo de cerdo, con pimiento, cebolla, una especie de morcilla, y 2 salsas (rosa y mostaza)... una presentación llamativa (la brocheta enorme de pie en el plato, como si estuviera clavada en el). Estaba bastante buena, y era buena cantidad 
  • Nakládané trio sýrů: Dados de queso (supongo que tres tipos) en un frasco de cristal lleno de aceite (y no se si algo mas), con cebolla, trozos pimiento verde y rojo, y algo más. Comestible. Parecía mas un aperitivo que otra cosa.
El servicio "regular", pues tardaron mucho en tomar nota, en retirar los platos, en preguntar si queríamos postre (queríamos, pero tardaron tanto que preferimos irnos), traer la cuenta...
Nos costó en total 544 coronas (en la propia nota ponia 23,65euros, aunque el cambio real habrian sido 22), y aunque 11 por persona es barato para lo que comimos, no dejamos propina pues el servicio no lo mereció.
No es mal sitio para comer después de ver el barrio judío, pero me habría gustado probar más cosas... ¿volveremos?

3 comentarios:

  1. Por alli nos clavaron por un café 4 euros, al lado del Museo Judío de Praga en el Josefov en el Restaurante Lamberty fue la clavada del café.
    La costumbre española de voy a entrar en cualquier sitio a tomar un café que no me clavaran no vale para Praga.

    Hay que asegurarse del precio del café.

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  2. Hay que tener cuidado en las zonas turísticas. Algunos sitios son caros simplemente por estar en el centro, pero en otros cuando eres turista te meten en la cuenta el servicio a ver si no lo notas y cuela. Es una práctica totalmente ilegal y está bastante perseguida pero bueno, algunos lo intentan. A nosotros nos clavaron un 20% de servicio el otro día también cerca del barrio judío, y eso que se supone que ya nos las deberíamos saber todas... pero bueno... qué se le va a hacer.

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    Respuestas
    1. Siempre que comimos en esta magnifica cerveceria, Novoměstský pivovar, sumabas las cosas consumidas y le añadían un 20%. Nunca coincidian las cuentas con lo cobrado.

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